Si bien todas las inversiones conllevan cierto riesgo, hay distintos tipos de inversiones y unas son más riesgosas que otras. Medimos el riesgo de una inversión al observar qué tan volátil ha sido su retorno durante un período de tiempo.
Debido a que las compañías de fondos no tienen un límite legal en sus gastos, la competencia juega un papel importante para mantener los precios bajo control.
Aún así, sin una estructura establecida y el hecho de que algunos fondos se desempeñan mejor que otros, puede ser difícil ver dónde obtener el mayor valor por tu dólar.
Mantén y revisa los informes de rendimiento de tu fondo, asegurándote de comprender qué tarifas estás pagando y qué están pagando tus inversiones.
Grados de riesgo
Para simplificar, veamos las acciones frente a los bonos, ya que estas clases tienden a constituir una gran parte de las carteras de muchos inversores.
Históricamente, las acciones han proporcionado rendimientos mucho más volátiles que los bonos, por lo que las acciones se consideran la inversión más riesgosa de las dos. Sin embargo, no todas las acciones ofrecen la misma cantidad de riesgo. Ciertos tipos de acciones han proporcionado más volatilidad que otros tipos de acciones en el pasado.
Por ejemplo, las acciones de compañías con sede en mercados emergentes como China e India históricamente han proporcionado más volatilidad que las acciones de Estados Unidos. Además, las acciones de compañías más pequeñas históricamente han proporcionado más volatilidad que las acciones de compañías más grandes.
Riesgo y retorno
El riesgo y el retorno tienden a ir de la mano. Es por esto que muchas personas desean incluir activos más riesgosos en sus carteras. Si una inversión es más volátil y, por lo tanto, tiene un riesgo más alto, algunas personas están dispuestas a poseerla por los posibles rendimientos más altos.
Por el contrario, una inversión menos volátil ofrece menores rendimientos potenciales. Para determinar la combinación correcta de activos para tu cartera, evalúa tu tolerancia al riesgo, tu horizonte de tiempo y tus objetivos de inversión.
Tolerancia al riesgo
La tolerancia al riesgo se define como tu capacidad y disposición para perder parte o la totalidad de tu inversión original, al menos temporalmente, a cambio de mayores rendimientos potenciales.
Los inversores más agresivos con una alta tolerancia al riesgo tienen más probabilidades de arriesgarse a perder dinero en el corto plazo si existe la posibilidad de un mayor rendimiento a largo plazo.
Los inversores más conservadores con una baja tolerancia al riesgo favorecen las inversiones con menor probabilidad de fluctuar tanto en valor y, por lo tanto, tienen menos probabilidades de generar grandes pérdidas. A cambio de esta seguridad, debes estar dispuesto a renunciar al potencial de obtener mayores rendimientos.
Los inversores más agresivos tienden a asignar más dinero a las acciones, que son más volátiles, pero también ofrecen mayores rendimientos potenciales. Los inversores más conservadores tienden a asignar más dinero a los bonos, que ofrecen menos volatilidad. Sin embargo, a cambio de esa baja volatilidad, los bonos ofrecen rendimientos potenciales más bajos.
Horizonte de tiempo
Tu horizonte de tiempo es cuánto tiempo planeas mantener tu dinero invertido. Por ejemplo, si tienes 32 años y tienes la intención de mantener tu cartera invertida hasta que tenga 62 años, tienes un horizonte de tiempo muy largo.
Sin embargo, si tienes una carpeta reservada para la educación universitaria de tu hijo de 16 años, tu horizonte de tiempo es mucho más corto.
Con un horizonte de tiempo más largo, puedes sentirte más cómodo asumiendo inversiones más arriesgadas o más volátiles, ya que puedes superar mercados y ciclos económicos difíciles.
Una inversión más riesgosa que disminuye significativamente tu valor en un período corto de tiempo tienes la posibilidad de recuperarte y apreciarte durante un período largo de tiempo.
Pero, si tienes un horizonte temporal corto y estás cerca de alcanzar tu objetivo de inversión, no vas a querer arriesgarte a perder una parte sustancial de tu inversión.
Es posible que tu cartera no tenga tiempo para recuperar pérdidas a corto plazo. Por lo tanto, los inversores con un horizonte temporal más corto, deberían tener una mayor asignación a activos menos riesgosos.
Inclusive, si comienzas con un horizonte temporal prolongado, vas a tener que cambiar la asignación de tu cartera a medida que tu horizonte temporal se acorta. Por ejemplo, debes asignar más de tu cartera a activos menos riesgosos como bonos y efectivo cuando te estas acercando a la jubilación, y tu asignación de activos más riesgosos como acciones debería disminuir.
Objetivos de inversión
Tus objetivos de inversión también ayudan a determinar la asignación adecuada a los activos más riesgosos o menos riesgosos. Debes evaluar cuánto necesitas hacer crecer tu cartera para alcanzar tus objetivos.
Si necesitas expandir tus inversiones, es posible que debas considerar ahorrar más, retirarte más tarde (o ampliar tu horizonte de tiempo) o asignar más de tu cartera a una inversión más riesgosa que tenga un mayor potencial de rendimiento.
Por otro lado, si necesitas menos expansión, es posible que puedas invertir en activos menos riesgosos que proporcionen menos volatilidad.
¿Qué hacer a continuación?
Recuerda, los diferentes tipos de inversiones ofrecen diferentes niveles de riesgo. Revise tu tasa de ahorro, tolerancia al riesgo, horizonte de inversión y objetivos de inversión para asegurarte de tener el perfil de riesgo y rendimiento adecuado para tu cartera.